Las calles de manufactura colonial de la bella Villa del Carbón, en el Estado de México, son un escenario tranquilo y ordenado en el que se encuentran numerosos centros ecoturísticos, ideales para descansar y disfrutar en medio del paisaje boscoso natural de los alrededores.
Originalmente, este pueblito junto al Cerro de la Bufa conocido como "la puerta a la provincia" recibió el nombre de Villanueva del Carbón de Nuestra Señora Santa María de la Peña de Francia, ya que desde hace casi tres siglos se ha dedicado a la explotación de carbón vegetal, y fue consagrado por los misioneros españoles a Santa María de la Peña, a quien se le dedicó un hermoso templo ubicado en el centro del pueblo.
Con un clima preponderante de 20 grados centígrados durante todo el año, Villa del Carbón es un lugar que lo tiene todo para consentir a propios y extraños, pues además de su belleza arquitectónica y natural, ofrece una vibrante vida cultural y una gran riqueza gastronómica y artesanal, al grado que es considerada la capital mundial del botín charro.
El centro histórico de Villa del Carbón puede recorrerse tranquilamente a pie, comenzando desde la Plaza Hidalgo, llena de palmeras y eucaliptos y rodeada por el Palacio Municipal, el kiosco, los portales, antiguas casonas y la Parroquia de Nuestra Señora de la Peña de Francia, hermosa edificación de fachada tallada en cantera y dos torres de estilo románico.
Su nave principal alberga una soberbia escultura metálica de la Virgen, traída en el siglo XVIII desde Salamanca y que se dice debe su curioso color a que se escondió entre el carbón para no ser llevada de vuelta por los españoles.
A unos pasos de la plaza se encuentra el Teatro al Aire Libre, donde se realizan espectáculos teatrales y musicales de manera esporádica.
Otro muy buen lugar para vivir la cultura villacarbonense es la Casa de Cultura, que además de ser un espacio para las artes del pueblo, alberga una colección de piezas arqueológicas encontradas en los alrededores.
Para conocer más sobre la historia y personajes de Villa del Carbón, resulta inigualable conocer La Casa del Recuerdo de Ofe, un espacio que rinde homenaje a la vida cotidiana del pueblo a través de fotografías, platillos, objetos y textos que se exhiben en sus siete secciones: el Pasillo de Fotografias, la Cocina, el Estudio, las Habitaciones, la Sala de Figuras de Barro, el Portal y el Espacio del Cazador.
El Cerro de la Bufa es un sitio obligado de visita para los amantes del alpinismo; de sus grutas nace un manantial que forma un río y una cascada, lo que ha favorecido la construcción de presas destinadas al abastecimiento de agua de los alrededores.
Estas se han convertido en importantes centros de convivencia con la naturaleza, y reciben cada año a cientos de visitantes que acuden a refrescarse y practicar ecoturismo en sus aguas.
La primera es la Presa del Llano, de aguas color jade y circundada por pinos, un espacio idóneo para practicar la pesca deportiva, senderismo, canotaje y acampar o pasar la noche en las bellas cabañas de los alrededores.
Las actividades extremas son otro gran atractivo de esta presa, que ha sido sede dos veces del "Xtreme Tour Azteca", y de varios torneos de pesca.
La Presa Benito Juárez es el paraje ideal para pasear a caballo, en moto o en bicicleta por los bellos senderos de los alrededores, practicar pesca deportiva y comer delicioso en los locales de comida mientras se disfrutan agradables días de campo con amigos y familiares.
Del mismo modo, el Llano de Lobos es perfecto para los amantes de los deportes extremos, sobre todo por su tirolesa y su extensa zona de acampar.
Sin duda, la presa más impresionante es la de Taxhimay, bajo cuyas aguas se asoma la torre más alta del antiguo pueblo de San Luis de las Peras, que sucumbió ante la fuerza de la enorme obra hidráulica mandada a construir por el presidente interino Avelardo L. Rodríguez el día de su inauguración, el 6 de junio de 1935, cuando la población tuvo que huir después de casi cuatro siglos de fundado su hogar.
El halo de misterio y dolor que rodea a este verdoso cuerpo de agua, ante la vista de lo que fue un lugar con vida, fiesta y tradiciones, contrasta con la alegría de quienes surcan las aguas en lanchas, barcos y veleros, y se aventuran a tocar los muros de las cúpulas que sobresalen del agua, otrora parroquia de San Luis Rey de Francia e iglesia del Cristo del Quejido, que fue rescatado de la inundación y colocado en un nuevo templo que recibe a miles de creyentes cada año.
La superficie y profundidad de esta presa brindan el ambiente adecuado para la celebración de justas deportivas que han ganado preponderancia con el paso de los años, devolviéndole al pueblo parte de la riqueza que le quitó. Entre otras, han tenido lugar el Gran Premio de Motonáutica, triatlones y la competencia de natación "Aguas Abiertas Rompe Olas, Rompe tus Límites".
Además de navegar, en la presa Taxhimay se puede practicar la pesca deportiva de truchas y otras especies, que con gusto son cocinadas por los restauranteros del lugar.
En los alrededores existen bellas zonas para acampar, y plácidos senderos para pasear a caballo o en bicicleta.
Villa del Carbón es muy conocido también por sus centros recreativos y parques acuáticos, como Las Cascadas, que además de albercas, chapoteaderos y toboganes cuenta con un lago artificial en donde se puede pasear en lancha de remos y pescar.
En La Capilla es posible disfrutar una cascada y una poza natural, así como palapas, asadores y una zona de camping.
Para convivir con la naturaleza, una muy buena opción es La Troja, un ambiente boscoso rodeado por el murmullo de un manantial que ofrece numerosas actividades ecoturísticas, como senderismo, ciclismo de montaña, tirolesa, paseos a caballo, deportes como futbol y basquetbol, y disfrutar la casa del árbol y las confortables cabañas.
El Centro Recreativo Chinguirito es uno de los más completos del Pueblo Mágico, pues sus magníficas instalaciones incluyen desde albercas con agua de manantial, toboganes y un arroyo, hasta temazcal, zona de camping, áreas deportivas, habitaciones y salón de eventos especiales.
Para disfrutar de un gran descanso, las mejores opciones son La Angora y las Albercas 3 Hermanos, que brindan un ambiente de confort, diversión y salud con servicios como hospedaje, jacuzzis con hidromasaje, albercas techadas, chapoteaderos, áreas deportivas para tenis, futbol, gotcha y pesca, palapas, asadores, abundante vegetación y el tradicional baño prehispánico de vapor.
Un último punto imperdible en Villa del Carbón es el Lienzo Charro Cornelio Nieto, reconocido por preservar la tradición de la charrería, el deporte nacional por excelencia que fue nombrado en 2014 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
Alrededor de la plaza principal de este pintoresco pueblo, las mujeres de la comunidad tienden sus puestos para ofrecer el delicioso pan casero que preparan en sus hornos de piedra, además de riquísimos licores de frutas y rompopes de sabores.
En los restaurantes del centro, como en Los Alcatraces y El Sazón de la Abuela, es posible degustar platillos locales o regionales como la barbacoa de carnero, sopa de flor de calabaza, carne o pollo con jumiles, hongos con carne en chile, ensalada de nopales, mixiotes, mole de guajolote y chapulines fritos.
Muchos turistas gustan de visitar el centro de Villa del Carbón por los trabajos de piel que allí se elaboran, como zapatos, cinturones, chamarras, bolsas y hasta sillas de montar.
También son muy recomendables los textiles en lana que se elaboran en los talleres del lugar.
Existen numerosas opciones en Villa del Carbón para quedarse a seguir disfrutando de sus bellezas y encanto, que se ajustan a todos los gustos y presupuestos.
Una de las más rústicas son las cabañas que se rentan en el Hotel Campestre El Chinguirito, al igual que en el Rancho El Mesón, ubicado cerca del centro.
Para una experiencia más íntima, nada como las villas del Hotel Los Sauces, que además cuentan con salones y jardínes para eventos, sala de juegos y un hermoso restaurante.
Para llegar a Villa del Carbón pueden utilizarse varios medios de transporte, comenzando por el avión, que llega a la Ciudad de México a través de las aerolíneas Volaris, Interjet, AeroMéxico, AeroMar y VivaAerobus. A partir de ahí, se pueden abordar autobuses desde las estaciones del Metro Politécnico (línea 5), Rosario (línea 7) y Cuatro Caminos (línea 2), así como los Estrella Blanca y Estrella de Oro que salen desde la Central de Autobuses del Sur. Para llegar en automóvil, es necesario conducir 76 kilómetros sobre el Boulevard Manuel Ávila Camacho, la Autopista Federal 57 y la Carretera Estatal 5.