Con más de 80 casonas y monumentos catalogados como patrimonio nacional por el INAH, Mocorito, Pueblo Mágico del estado de Sinaloa, atrae a propios y extraños hacia su arquitectura, su historia, su singular identidad colectiva reflejada en sus tradiciones y leyendas, y la emocionante vida cultural que se vive en sus añosos callejones.
Por su ubicación geográfica, Mocorito es un lugar que brinda experiencias a varios niveles, pues cuenta con los tres climas característicos de Sinaloa: sabana tropical, montañoso y desértico.
Es por ello que lo mismo se puede nadar en el río Mocorito o en sus balnearios de aguas termales, gozar de la sombra de sus arboledas y la frescura de sus bosques, practicar la caza deportiva en ellos, o simplemente disfrutar el clima promedio de 25 grados mientras se pasea por las calles y plazuelas.
Entre los siglos XIX y XX Mocorito vivió una etapa de esplendor económico gracias a la minería, aunque no por su extracción, sino por su función comercial de abastecedor a los fundos mineros de los alrededores, donde se explotaba oro, plata y cobre, por lo que se constituyó como el cruce del camino real entre Culiacán y Sinaloa.
Gracias a dicha prosperidad, a principios de 1900 se construyeron con profusos detalles la Plazuela Hidalgo y su kiosko, así como el mercado, la primera escuela primaria y el reloj público, que a partir de entonces comenzó a marcar el ritmo de la vida de los mocoritenses. Otro hito de esta bonanza fue el tendido de la red telefónica, que comunicó a la región con las principales ciudades del país.
Fue por ello que Mocorito se concentró en cultivar su vida cultural, su atractivo turístico y su sentido de comunidad, así como en conservar su bella arquitectura.
Muestra de esto es la Parroquia de la Inmaculada Concepción, que fue reconstruida a partir de una modesta capilla de adobe levantada por los españoles colonizadores, en el siglo XVII, y transformada en un enorme templo con una fachada de cantera rústica y el resto de la construcción, incluida la torre, en ladrillo rojo.
La profunda tradición del Viacrucis se ve reflejada en el interior de esta iglesia, pues alberga una colección de 14 grabados del siglo XVI que representan cada una de las estaciones o caídas de Jesucristo.
Otros recintos religiosos sobresalientes en Mocorito son el de Capirato y el de Comanito, principalmente por el papel histórico que desempeñaron en los años previos a la fundación del pueblo.
Mocorito llegó a ser conocido como "la Atenas sinaloense" gracias a su rica vida cultural, abocada a las bellas artes.
A esto se suma la antigüedad y soberbia de sus casonas, que son el hogar de decenas de leyendas de espíritus y aparecidos, compartidas por un singular imaginario colectivo que le da cohesión al pueblo.
Su belleza ha inspirado a pintores, escritores, poetas, músicos y escultores, como al muralista David Alfaro Siqueiros, quien encontró en Mocorito su vocación revolucionaria.
Es por esto que resulta imprescindible visitar el Museo de Historia Regional y el Centro Cultural Dr. José Ley Domínguez. El primero conserva un tesoro invaluable en su Archivo Histórico, en documentos que datan desde 1915, como cartas, crónicas, testamentos, decretos y publicaciones periódicas de la época.
El edificio que ocupa es el antiguo casco de la Hacienda de Nuestra Señora de las Angustias, y ofrece un recorrido por Mocorito desde sus orígenes prehistóricos hasta el siglo XX, con piezas que van desde huesos de mamut, utensilios rudimentarios e indumentarias de los primeros pobladores seminómadas, hasta herramientas de labranza, muebles del Porfiriato y una serie de audios muy interesantes sobre la tradición del Carnaval.
El esplendor cultural de Mocorito ha quedado reflejado en sus espacios públicos, sobre todo en sus murales.
Este Pueblo Mágico celebra también la vida de sus héroes y ancestros en la conocida Plaza de los Tres Grandes, cuyas vidas estuvieron dedicadas al servicio del pueblo. Las estatuas de bronce de esta plaza corresponden al general Rafael Buelna, a la heroína Agustina Ramírez y al ex gobernador Eustaquio Buelna; en sus historias, se puede apreciar por qué son grandes para Mocorito:
Por su ubicación en el cauce del río, Mocorito es también un estupendo lugar para vacacionar y refrescarse en sus balnearios naturales: San Benito,Palmarito y La Huerta, que cuentan con aguas termales curativas provenientes de la sierra y las comodidades necesarias para bellos días de campo en la vegetación de sus orillas, como palapas, asadores y restaurantes.
Otro buen lugar para relajarse es el Parque Recreativo Alameda, situado en la ribera del río Mocorito, que cuenta con juegos infantiles, senderos, canchas deportivas, tirolesa y espacios para tomar alimentos.
En cuanto a la vida cultural, entre las mejores oportunidades para visitar este Pueblo Mágico está la Fiesta de la Purísima o Inmaculada Concepción, que del 25 de noviembre al 8 de diciembre de cada año recibe a los habitantes de Mocorito y a los turistas en medio de música, baile, comida, pirotecnia, cabalgatas y carreras hípicas.
Lo más importante del evento es una peregrinación en la que los diferentes barrios del pueblo reciben gustosos a la Virgen y convidan alimentos y bebidas a los peregrinos, para agradecer la protección de la santa.
Mocorito es conocido por ser la cuna del chilorio, un platillo elaborado con carne de cerdo y chile; el más tradicional y sabroso es el Napo, elaborado en la fábrica de don Napoleón Bonyouchoa, que explica a quien guste cómo se elabora esta delicia.
La carne se pone en una olla con agua y manteca de cerdo a fuego lento, hasta que se consume el agua y la carne se dore en la grasa; se agregan entonces especias molidas con chiles remojados y ajos.
El chilorio también se prepara con carne de pavo, res y avestruz, o con mariscos como abulón y calamar.
La cocina mocoritense incluye también ingredientes presentes en la mayoría del país, producto del mestizaje colonial, como trigo, maíz, frijol, cremas y quesos, con los que se elaboran maravillosos platillos al mezclarse con los productos locales como la papaya, la naranja y la manzana, dando lugar a chorizos, carnitas, machaca, quesos y asados.
Las artesanías de Mocorito se elaboran sobre todo en barro, pues los alfareros locales son diestros en la hechura de ollas, cántaros, macetas y decenas de objetos utilitarios y decorativos.
También se aprovecha la madera de guásima para la producción de utensilios de cocina, figurillas y muebles, así como el tejido de palma.
A últimos daños se le ha dado impulso a la utilización de bule, un tipo de calabaza con frutos no comestibles, para la elaboración de vasijas y jarrones que le brinden identidad a la producción artesanal del Pueblo Mágico.
Mocorito se localiza a 15 minutos de Guamúchil y a hora y media de las ciudades de Culiacán y Los Mochis, a donde se puede llegar en avión a través de las aerolíneas Volaris y AeroMéxico. Los autobuses del Évora y Estrella Blanca llegan a Guamúchil, de donde salen hacia el Pueblo Mágico los Autotransportes de Guamúchil, colectivos y taxis. Para trasladarse en automóvil es necesario tomar a partir de Los Mochis las carreteras Federal 15 y Estatal 21, recorriendo 121 kilómetros hasta llegar a destino.