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Coyoacán Barrio mágico

Coyoacán, uno de los lugares más emblemáticos de la Ciudad de México, se caracteriza por su historia milenaria, sus bellos paisajes, y su ambiente artístico y cultural. Su nombre, que significa “lugar de quienes tienen coyotes” en náhuatl, remite a su entorno natural y a la vida comunitaria que se ha mantenido a lo largo de los siglos.

Coyoacán sigue siendo un baluarte cultural de la Ciudad de México. Museos como la Casa Azul de Frida Kahlo, el Museo Nacional de la Acuarela y el Museo Nacional de las Culturas Populares enriquecen la oferta cultural del lugar, convirtiéndolo en un destino imperdible para quienes buscan sumergirse en la historia y el arte de México.

En resumen, Coyoacán es un testimonio vivo de la historia de México, desde sus orígenes prehispánicos hasta su papel como epicentro cultural. Su encanto perdura, atrayendo a generaciones de visitantes que descubren en sus calles y plazas una conexión con el pasado y una vibrante vida cultural.

Este artículo ofrece un recorrido por su rica historia, desde sus orígenes prehispánicos hasta su consolidación como un punto clave de la vida cultural en el México moderno.

Fundación y Dominación Prehispánica

La historia de Coyoacán se remonta al siglo VII, cuando fue fundada por los colhuas de Culhuacán, un grupo que formaba parte de la rica y diversa civilización mesoamericana. Inicialmente, Coyoacán fue una entidad independiente, pero con el tiempo se vio sometida a los tepanecas de Azcapotzalco, un poderoso grupo que ejerció influencia sobre varios territorios. Más adelante, Coyoacán pasó a formar parte del vasto imperio mexica, que dominaba el centro de México antes de la llegada de los españoles.

Esta rica herencia prehispánica se entrelaza con la geografía única del lugar. Coyoacán, con sus abundantes manantiales, fértiles tierras y vegetación colorida, atrajo a muchos pueblos antes de la llegada de los europeos. Sus fértiles suelos permitieron el cultivo de huertos y flores, características que le daban un aire pintoresco y atractivo.

Coyoacán en la Época Colonial

La belleza natural y estratégica ubicación de Coyoacán también cautivó a los conquistadores españoles, particularmente a Hernán Cortés, quien después de la caída de Tenochtitlan en 1521, estableció el primer Ayuntamiento de la Nueva España en este lugar. Aunque su función como sede gubernamental fue breve, marcó un punto de inflexión en la historia colonial de la región. Con la llegada de los frailes franciscanos y dominicos, comenzó la evangelización de los pueblos nativos, y se construyeron capillas y templos que aún hoy embellecen las calles de Coyoacán.

El periodo colonial también dejó su huella arquitectónica con la construcción de mansiones barrocas que se erigieron a lo largo de los siglos XVII y XVIII. Estos edificios, que aún sobreviven, son testimonio de la importancia y riqueza que adquirió Coyoacán durante la Colonia. Entre los ejemplos más notables de esta arquitectura se encuentran la Casa Alvarado y la Casa de Cortés, que han sido restauradas y preservadas para reflejar la grandeza de esa época.

Coyoacán en el Siglo XIX

Uno de los episodios más destacados de Coyoacán en el siglo XIX fue la Batalla de Churubusco, librada durante la invasión estadounidense en 1847. Este evento subraya la importancia estratégica de la región en la defensa del territorio mexicano. Sin embargo, pese a los eventos militares, Coyoacán mantuvo su carácter provinciano y pintoresco, lleno de haciendas y ranchos.

En 1934, Coyoacán fue declarado Zona Típica y Pintoresca, reconocimiento que buscaba preservar su singularidad en medio de la expansión de la Ciudad de México. Este estatus protegió en gran medida su patrimonio arquitectónico y paisajístico, lo que ha permitido a los visitantes contemporáneos disfrutar de un ambiente que combina historia, cultura y naturaleza.

El Siglo XX: Un Refugio para Artistas e Intelectuales

A lo largo del siglo XX, Coyoacán se convirtió en un punto de encuentro para artistas, intelectuales y figuras políticas. Su tranquilidad, su vegetación abundante y su aire provinciano atrajeron a numerosas personalidades que hicieron de esta antigua villa su hogar. Entre ellos destacan los escritores José Juan Tablada y Rubén M. Campos, el pintor José Chávez Morado, el maestro Salvador Novo, y artistas internacionales como Diego Rivera, Frida Kahlo y León Trotsky. Muchos de ellos encontraron en Coyoacán el espacio ideal para desarrollar su obra creativa en medio de un ambiente bohemio y estimulante.

Además de su papel como residencia para figuras prominentes, Coyoacán ha sido testigo de la creación de importantes instituciones culturales. La Casa Alvarado, por ejemplo, fue el hogar del poeta Octavio Paz y hoy alberga la Fonoteca Nacional, un espacio dedicado a la conservación y difusión del patrimonio sonoro de México.

Comercios y Tradiciones

Coyoacán no solo destaca por su historia y su arquitectura, sino también por sus tradicionales comercios que siguen atrayendo tanto a los residentes locales como a los visitantes. Lugares emblemáticos como la cantina La Guadalupana, el bar La Puerta del Sol y los Helados Siberia, con décadas de historia, se han convertido en puntos de referencia que mantienen viva la esencia de Coyoacán.

Entre los espacios más visitados se encuentra el Bazar Artesanal Mexicano, un mercado donde se pueden encontrar productos hechos a mano que reflejan la rica tradición artesanal del país. El Mercado de Antojitos es otro lugar imprescindible para quienes deseen probar la auténtica comida mexicana, con una gran variedad de platillos tradicionales como quesadillas, sopes y tacos.

Sitios de Interés

Pasear por Coyoacán es sumergirse en su historia y disfrutar de su patrimonio arquitectónico. Entre los sitios de mayor interés se encuentran la Capilla de Panzacola y el Puente de 1763, ambos símbolos del pasado colonial. Otros lugares destacados son la Plaza de Santa Catarina y la Capilla de Santa Catarina de Siena, que datan del siglo XVII.

El centro de Coyoacán es una visita obligada, con la Parroquia de San Juan Bautista y el Jardín Centenario, donde se encuentra la famosa fuente con figuras de coyotes que hace honor al nombre del lugar. Además, el Jardín Hidalgo, con su quiosco y sus estatuas, es un punto de encuentro para locales y turistas.

 

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