Para quienes gustan de un viaje muy rústico o del ecoturismo y admirar paisajes y colores, Capulálpam de Méndez es una elección extraordinaria. Se ubica en el estado de Oaxaca, en la Sierra Norte, cerca de Ixtlán de Juárez, a 2040 metros de altitud, por lo que su clima es predominantemente frío–húmedo durante todo el año.
En la región abunda el árbol de capulín, de lo que deriva el nombre de Capulálpam, que en lengua náhuatl quiere decir “tierra del árbol del capulín”. Se encuentra rodeado por cerros y a través del pueblo cruzan tres ríos: Manantial de la Y, Cueva de Cervantes y El Arco, además del arroyo de las Pavas.
La población de Capulálpam es predominantemente zapoteca, cuya producción artesanal consiste en orfebrería y textiles que se elaboran en una gran variedad de colores y trazados. Por ser un poblado pequeño (1210 habitantes), forma parte de lo que algunos viajeros llaman "La Ruta de la Sierra", pues en los alrededores se encuentran otros pueblos donde el atractivo son los paisajes, la cultura y las artesanías.
El pueblo de Capulálpam es una comunidad muy limpia que se caracteriza por utilizar responsable y sustentablemente sus recursos naturales, pues cuentan con tratamiento de aguas residuales y técnicas ecológicas para el manejo de desechos. Otra de las principales cualidades de este sitio es el gran desarrollo de la medicina tradicional, gracias a la riqueza de plantas de la región que consiste en especies como orquídeas, helechos arborescentes, palma camedor, bromelias, musgos, líquenes y por supuesto, hongos.
En las épocas de festividades resulta muy interesante también conocer la música de este centenario Pueblo Mágico, pues se trata de un tipo de jarabe (género musical zapateado) muy particular, ya que es interpretado por la Orquesta Filarmónica.
En el centro del Pueblo Mágico, la arquitectura es otro gran punto de admiración, pues al igual que en todo Oaxaca, los estilos predominantes son el barroco y el neoclásico coloniales; uno de los mejores ejemplos es la catedral, dedicada a San Mateo Apóstol, levantada en el siglo XVI y muy bien conservada, pues todavía puede apreciarse la decoración original ideada por los dominicos, que se caracterizó por las coloridas flores de lis, además de 14 retablos de madera procedentes de diversos puntos de la Sierra Norte oaxaqueña.
Cerca de este templo pueden visitarse otros sitios importantes para la historia y la cultura capulalpemses, como los monumentos a la Madre y al Minero, el Museo Comunitario, la Plaza de Armas, el Centro de Medicina Tradicional, el Centro Recreativo Los Molinos, el mirador El Calvario y el Chorromonte, que es un yacimiento de agua; en las zonas aledañas se pueden visitar cascadas, ríos, grutas, el Cerro Pelado y los bosques que rodean la población.
Resulta una excelente idea visitar un Pueblo Mágico del estado de Oaxaca, como Capulálpam de Méndez y además darse el gusto de presenciar la colorida y pintoresca Guelaguetza. Es un evento con más de setenta años de tradición, tanto a nivel nacional como mundial.
Es un escaparate privilegiado para que las etnias oaxaqueñas más importantes den a conocer sus danzas y antiguas costumbres. Según algunos estudiosos, las raíces de la Guelaguetza se remontan a ciertos rituales de fertilidad que efectuaban los indígenas locales, para venerar a Centéotl, la diosa del maíz. Con el tiempo, esta tradición se transformó en las fiestas de los Lunes del Cerro, mismas que se fusionaron con otras más, e hicieron surgir la Guelaguetza.
Algunas de las actividades que incluye esta celebración, de gran convocatoria, son las presentaciones de las delegaciones participantes, la exhibición de sus trajes regionales y de sus bandas musicales, así como también desfiles y concursos. También se organiza una muestra gastronómica y una feria de artesanías.
Las mejores fechas para visitar este encantador Pueblo Mágico son en los meses de septiembre, cuando del 11 al 22 se realiza la Feria Anual dedicada a San Mateo Apóstol, en la que se organiza una calenda en la que cada colonia es representada por una madrina, quien se encarga de adornar un carro alegórico y recorrer en él el pueblo bailando al ritmo de la banda filarmónica; además, se queman fuegos artificiales y se celebra un jaripeo.
En noviembre, tiene lugar el festejo de Todos los Santos, en el que niños y jóvenes realizan una comparsa de Día de Muertos, bailan en algunas casas particulares y piden dulces o dinero.
Algo que caracteriza a la gastronomía oaxaqueña, es la manera en la que ha conservado numerosos elementos de la comida prehispánica y cómo los ha hecho suyos. También resaltable es el hecho de que, a través de una prodigiosa inventiva, ha obtenido platillos de gran colorido, aromas y exóticos sabores.
Precisamente los colores presentes en la gastronomía de Oaxaca, han servido para nombrar a algunos de sus más típicos elementos gastronómicos. De allí surge el mole negro, colorado, amarillo y verde. Los siete moles regionales, son un distintivo culinario del sur de México, gracias a la tradición oaxaqueña.
Otro punto sobresaliente de la gastronomía oaxaqueña es la utilización de quesos propios de ese estado. El queso Oaxaca es uno de los más valorados en las cocinas del mundo. Así sucede también en el caso de los chiles, por ejemplo, el chilhuacle negro y rojo, así como también el orégano oaxaqueño. Se trata de elementos únicos y garantes de la excelencia gastronómica de esta región de México.
Los platillos tradicionales de Oaxaca son muy originales y existe una gran cantidad de antojitos locales o bebidas, que incluyen insectos en su preparación. Tal es el caso de los gusanos de maguey, los cuales se usan como ingredientes en salsas y como botana para acompañar el mezcal.
Todo lo anterior, se entrevera en una vivencia rebosante de colores, sabores, leyenda y tradición. La comida oaxaqueña sabe a lejanas serranías, fértiles campos y playas secretas. Pero sobre todo, sabe a costumbres milenarias que han perdurado en el respeto y la veneración de los oaxaqueños.
En Capulálpam de Méndez, Pueblo Mágico, no se debe dejar de probar el mole amarillo y coloradito y los chiles rellenos, típicos de la región. Las bebidas más populares son el tepache y el pinole, y de postre, un delicioso pan de yema.
Capulálpam de Méndez se encuentra a 72 kilómetros de la ciudad de Oaxaca, a cuyo aeropuerto llegan los aviones de AeroMéxico, Interjet, TAR y Volaris; a partir de allí pueden abordarse los autobuses de la Sociedad Cooperativa Benito Juárez, o conducir en automóvil por las Autopistas Federales 175 y 190.