A unos 8 km al sur de la capital duranguense, aparece el sitio arqueológico de La Ferrería, el cual se levanta en lo alto de un cerro junto al río del Tunal.

Los primeros moradores del lugar, los nahuas, arribaron en el 600 d. C., desde el norte del continente.

A lo largo del periodo Posclasico, el asentamiento estuvo ocupado por grupos de indígenas tepehuanos y zacatecos.

La Ferrería fue un punto de convergencia para las comunidades ubicadas en el Valle de la Guadiana y se perfilo como un centro religioso donde se levantaron canchas de juego de pelota, patios, terrazas, adoratorios, complejos habitacionales y estructuras circulares.

Este yacimiento precolombino del estado de Durango, destaca por su limpieza y por hallarse en excelente estado.