La Celebración del Grito de Independencia es sin lugar a dudas el festejo patrio de mayor trascendencia para los mexicanos.

Es una ocasión perfecta para tomar tequila y saborear chiles de nogada y pozole, sin dejar de lado la costumbre de portar trajes típicos, demostrando el orgullo asociado a la mexicanidad.

Es interesante saber que la celebración de la Independencia de México ha experimentado notables cambios a lo largo del tiempo.

Inclusive durante sus inicios era muy parecida a la festejar el Paseo del Pendón, la cual se realizaba el 13 de agosto, cuando cayó vencida la Gran Tenochtitlan y surgió la Nueva España.

Ahora bien, un aspecto vital de la conmemoración de la Independencia de México, tiene que ver con la gastronomía.

De entre los platillos que no pueden faltar en las mesas de las familias mexicanas hay que mencionar las tostadas de pata o tinga, los chiles en nogada y los pambazos. No obstante, el modo de preparación de estos antojitos, de acuerdo a la región, cambia en sus matices culinarios, enriqueciendo su propuesta gastronómica.

En los Estados del Norte se acostumbra celebrar la Independencia de México saboreando carne asada o cabrito; en el centro del país, lo que se acostumbra es la barbacoa, el mole, asado de bodas y los tradicionales tamales, y en el sur lo que prevalece son los panuchos, el pan de cazón y la sopa de chipilín.

La celebración de la Independencia la noche del día 15 y la mañana del 16 de septiembre es una ocasión muy especial para acercarse al sentimiento pleno de lo mexicano y su magnífica gastronomía típica.