Ubicado en el corazón de la Ciudad de México, Santa María la Ribera es un Barrio Mágico que conserva el encanto de épocas pasadas mientras ofrece una rica variedad de atracciones culturales e históricas. Este barrio, que surgió durante el Virreinato como la primera colonia construida más allá de la traza original de la ciudad, sigue siendo un lugar donde la nostalgia se mezcla con el vibrante intelecto de sus residentes y visitantes. Pasear por sus calles es como viajar en el tiempo, donde cada rincón cuenta una historia y cada edificio tiene una voz propia.
Santa María la Ribera es más que un simple barrio de la Ciudad de México; es un lugar donde la historia, la cultura y la comunidad se entrelazan para crear un ambiente único. Sus calles, edificios y espacios públicos cuentan historias de un pasado que sigue vivo en la memoria de sus habitantes y en el corazón de quienes lo visitan. Ya sea que estés interesado en la historia, la arquitectura o simplemente en disfrutar de un paseo por sus calles arboladas, Santa María la Ribera tiene algo que ofrecer a todos.
Un Poco de Historia
La historia de Santa María la Ribera comienza con la fundación de la primera sociedad inmobiliaria de la ciudad, Flores Hermanos, encabezada por Don Estanislao Flores. Con la aprobación del Ayuntamiento, esta sociedad se propuso extender la ciudad hacia la ribera de San Cosme, con el objetivo de ofrecer a sus habitantes un ambiente más saludable y espacioso. La traza de las calles y manzanas de la colonia sigue el patrón reticular de la antigua metrópoli, y su Alameda, uno de los puntos más icónicos del barrio, sigue siendo un lugar de encuentro y recreación para los locales.
En sus inicios, Santa María la Ribera carecía de los servicios básicos: no había agua corriente, calles pavimentadas, banquetas, ni luz eléctrica. Sin embargo, esto no detuvo a sus habitantes, quienes se organizaron para mejorar la infraestructura del barrio, empedrando calles y construyendo banquetas. Durante el Porfiriato, varias de estas calles fueron pavimentadas y se instaló alumbrado eléctrico, aunque fue hasta mediados del siglo XX cuando todas las calles de la colonia fueron asfaltadas.
Personajes Ilustres
A lo largo de su existencia, Santa María la Ribera ha sido hogar de diversas figuras destacadas de la historia de México. Entre ellos, la madre Conchita, acusada de ser la autora intelectual del asesinato de Álvaro Obregón, y José de León Toral, quien ejecutó el atentado, vivieron en este barrio. También residió aquí Chucho el Roto, el Robin Hood mexicano, y los miembros de la banda del automóvil gris, conocidos por secuestrar a ricos durante la Revolución Mexicana.
El barrio también fue hogar del Dr. Gustavo Baz, un destacado médico y político, así como del pintor Dr. Atl, cuyo nombre real era Gerardo Murillo. Otros residentes notables incluyen a José Alfredo Jiménez, el legendario compositor de música ranchera, y Mariano Azuela, el famoso escritor de la Revolución Mexicana. Don Facundo, conocido como el domador de ratas que se convirtió en artista en la Alameda, también forma parte de la rica historia de Santa María.
Voces y Anécdotas del Ayer
En sus inicios, Santa María la Ribera era promovida como una extensión natural de la Ciudad de México hacia el poniente, una zona que prometía mejores condiciones de vida gracias a su paisaje, la abundancia de agua potable y otras ventajas. Con el tiempo, la colonia se expandió en todas direcciones, y el valor de la tierra aumentó significativamente. En 1886, la vara cuadrada de terreno costaba 12 reales, y para 1905, el metro cuadrado ya se cotizaba en 15 pesos.
A pesar del paso del tiempo, Santa María la Ribera ha mantenido viva su esencia original. Aún se pueden encontrar comercios tradicionales, como el Salón París, donde se dice que trabajó de mesero José Alfredo Jiménez, y las Quesadillas Gigantes, famosas en la zona. Otro lugar icónico es Kolobok, especializado en empanadas rusas, todos ubicados alrededor de la Alameda.
Sitios de Interés
Santa María la Ribera es rica en sitios de interés que reflejan su historia y cultura. Al sur del barrio, sobre la avenida Ribera de San Cosme, se encuentra la Casa de los Mascarones, un extraordinario ejemplo del estilo barroco churrigueresco mexicano del siglo XVIII. Este edificio, que perteneció al séptimo conde del Valle de Orizaba, es famoso por sus pequeñas figuras en las bases de las columnas que le dan su nombre.
En la calle Santa María La Ribera se encuentra el Templo de la Sagrada Familia o de los Josefinos, una iglesia con una ecléctica fachada que combina estilos neobizantino y neogótico. Esta iglesia, inaugurada en 1906, es famosa por sus hermosos vitrales polícromos traídos de Francia.
Otro sitio notable es el Teatro Sergio Magaña, antes Templo de Nuestra Señora de la Salud, que hoy en día es un espacio teatral decorado con estupendos murales que representan diversas etapas de la historia de México. En las calles de Sabino y Alzate se pueden apreciar las típicas casas de la colonia, de un solo nivel y con fachadas sencillas, que reflejan la arquitectura habitacional de la clase media de la época.
La Alameda y el Quiosco Morisco
La Alameda de Santa María es otro punto imperdible. Fue el primer jardín público establecido fuera de los límites originales de la Ciudad de México, y en su centro se encuentra el emblemático Quiosco Morisco, una estructura de hierro fundido que fue originalmente construida para representar a México en la Exposición Internacional de Nueva Orleans en 1884. Este quiosco, con sus 44 esbeltas columnas y su gran cúpula acristalada, es uno de los símbolos más reconocidos de Santa María la Ribera.
El Museo de Geología y el Museo Universitario del Chopo
En el costado poniente de la Alameda se encuentra el Museo de Geología, un edificio de estilo renacentista italiano que alberga valiosas colecciones de minerales, rocas y fósiles, tanto mexicanas como extranjeras. Este museo es famoso por su fantástica escalera metálica de estilo art nouveau y los vitrales de la firma F. X. Zettler-Munich.
Otro edificio icónico de la colonia es el Museo Universitario del Chopo, una impresionante estructura de fierro y cristal importada de Alemania y armada en la calle del Chopo entre 1903 y 1905. Inaugurado por el presidente Porfirio Díaz en 1910, este museo alberga exposiciones de arte temporales y permanentes, talleres y ciclos de cine durante todo el año.