El Programa de los 177 Pueblos Mágicos de Mexico, desarrollado por la Secretaría de Turismo en colaboración con diversas instancias gubernamentales y gobiernos estatales y municipales, contribuye a revalorar a un conjunto de poblaciones del país que siempre han estado en el imaginario colectivo de la nación en su conjunto y que representan alternativas frescas y diferentes para los visitantes nacionales y extranjeros. Más que un rescate, es un reconocimiento a quienes habitan esos hermosos lugares de la geografía mexicana y han sabido guardar para todos, la riqueza cultural e histórica que encierran.

Ruta Tule - Mitla, Oaxaca

Nota sobre Ruta Tule - Mitla, Oaxaca

Oaxaca, un estado rico en cultura e historia, ofrece una variedad de destinos turísticos que te permitirán sumergirte en sus raíces zapotecas y disfrutar de su belleza natural. Uno de estos destinos imperdibles es Santa María del Tule, hogar del impresionante "Árbol del Tule", un sabino de aproximadamente 2,000 años de edad. Acompáñanos en este recorrido y descubre los encantos de varios pueblos y sitios arqueológicos que componen esta fascinante ruta turística.

La ruta turística de Oaxaca ofrece una experiencia rica y variada, desde el majestuoso "Árbol del Tule" hasta las maravillas arqueológicas y naturales de Mitla y Hierve el Agua. Cada destino en esta ruta presenta una oportunidad única para explorar la historia, la cultura y la belleza natural de Oaxaca. Ya sea que te atraigan los antiguos frescos de Tlacochahuaya, los textiles de Teotitlán del Valle, o los paisajes impresionantes de Hierve el Agua, esta ruta te permitirá sumergirte en lo mejor que Oaxaca tiene para ofrecer. Planea tu visita y descubre por ti mismo los tesoros escondidos de este fascinante estado mexicano.

Santa María del Tule: El Gigante de Oaxaca

A solo 12 kilómetros de la ciudad de Oaxaca, se encuentra el pequeño pueblo de Santa María del Tule. Aquí, el majestuoso "Árbol del Tule" se erige como el habitante más antiguo y notable. Este sabino, con sus 40 metros de altura y un diámetro de 52.58 metros, pesa unas impresionantes 509 toneladas. Este árbol milenario no solo es un espectáculo natural, sino que también está rodeado de un pintoresco templo del siglo XVIII con retablos barrocos que complementan la visita.

Tlacochahuaya: Arte y Cultura en Cada Rincón

A 23 kilómetros de Oaxaca, Tlacochahuaya es conocida por su conjunto conventual barroco, construido por los dominicos en el siglo XVI. Aquí, los frescos pintados con grana cochinilla y rasgos indígenas, como la Virgen del Rosario y el Arcángel Gabriel, adornan el templo. La obra más destacada es la de San Jerónimo, del pintor indígena Juan Arrué. Además, el lugar alberga un órgano tubular de 1620, actualmente restaurado y en funcionamiento, que añade un toque musical a la experiencia cultural.

Dainzú: Historia Tallada en Piedra

Dainzú, situado a 20 kilómetros de la ciudad, es una pequeña zona arqueológica de origen zapoteca. Su principal atracción es una galería en piedra con bajorrelieves que representan a jugadores de pelota con atuendos prehispánicos. Este sitio ofrece una mirada fascinante a las tradiciones y habilidades artísticas de los antiguos zapotecas.

Teotitlán del Valle: Arte Textil con Raíces Ancestrales

A 28 kilómetros de Oaxaca, Teotitlán del Valle es famoso por sus textiles de lana, especialmente tapetes y sarapes, teñidos con colorantes naturales como el añil, la grana cochinilla y el musgo de roca. Estos productos artesanales son elaborados en telares de pedales que pueden ser observados en las casas de los artesanos locales. Además, el pueblo cuenta con una hermosa iglesia colonial y un museo comunitario que exhibe objetos prehispánicos relacionados con la elaboración de los tapetes.

Lambityeco: Un Centro Comercial Zapoteco

Lambityeco, a 27 kilómetros de Oaxaca, fue un importante centro comercial zapoteco. Aquí, los visitantes pueden admirar dos mascarones del dios Cocijo, decorados con adornos que asemejan penachos de plumas largas. Además, se pueden ver restos de edificaciones antiguas, palacios y adoratorios, incluyendo tableros decorados con figuras de dignatarios, deidades y sacerdotes, que reflejan el refinamiento cultural de los zapotecas.

Santa Ana del Valle: Textiles y Tradición

A 32 kilómetros de Oaxaca, Santa Ana del Valle es un pueblo de tejedores. Sus habitantes elaboran textiles de lana, como sarapes y jorongos, utilizando diseños tradicionales y modernos y tintes naturales. El templo local alberga un bello retablo barroco dorado, así como pinturas al óleo y esculturas que merecen ser admiradas.

Tlacolula de Matamoros: Un Mercado con Encanto

A 30 kilómetros de Oaxaca, Tlacolula de Matamoros es famoso por su mercado dominical, lleno de color y autenticidad indígena. El templo de la Asunción, con su capilla dedicada al Santo Cristo de Tlacolula, es una joya del arte barroco mexicano que no te puedes perder.

Yagul: Un Legado Zapoteco

Yagul, a 36 kilómetros de Oaxaca, es una zona arqueológica cuyo nombre significa “árbol o palo viejo” en zapoteco. Fundada por los zapotecas, Yagul destaca por su juego de pelota, el más grande de la región oaxaqueña y el segundo de Mesoamérica. Además, cuenta con una fortaleza templo, tumbas, plazas, zonas habitacionales y el palacio de los Seis Patios. La vista del valle de Oaxaca desde este sitio es simplemente impresionante.

Mitla: Centro Ceremonial Zapoteca

Mitla, situada a 44 kilómetros de Oaxaca, es conocida como el "Lugar de los Muertos" o "Inframundo". Este centro ceremonial zapoteca fue habitado desde la época clásica de Monte Albán y alcanzó su apogeo en el período postclásico. Las estructuras de Mitla están agrupadas en cinco conjuntos: Las Columnas, La Iglesia, El Arroyo, Los Adobes y El Sur. Además, el museo Frisell alberga la colección más importante de piezas prehispánicas de origen zapoteco.

Hierve el Agua: Maravilla Natural

A 80 kilómetros de Oaxaca, Hierve el Agua es un sitio de gran interés por sus aguas de manantial y su espectacular paisaje. Las cascadas fosilizadas, que forman parte de un sistema de riego prehispánico, se pueden admirar desde una explanada llamada “El Anfiteatro”. Aunque el nombre del lugar sugiere aguas termales, en realidad se trata de manantiales de aguas no termales pero fuertemente efervescentes, creando la ilusión de estar a punto de ebullición.