Pahuatlan Pueblo Magico Puebla
En el centro de la Sierra Norte de Puebla, en un pequeño valle entre montañas, se encuentra el Pueblo Mágico de Pahuatlán, una comunidad de vocación agrícola que ha cultivado las laderas del Cerro Ahila desde tiempos prehispánicos.
La comunidad pahuatlense proviene del mestizaje entre las etnias náhuatl y hñahñu u otomí; su nombre en lengua náhuatl significa “lugar de los frutos” o “pahuas”, una variedad de aguacate. En la localidad de San Pablito predomina la cultura otomí y una antigua tradición que los ha hecho famosos a nivel nacional: el papel amate.
Otra importante tradición de Pahuatlán es el huapango, que se toca, canta y baila con gran emotividad; no obstante, la principal riqueza de los pahuatlenses es su herencia cultural, que pervive en sus tradiciones y en la magia especial que abrigan sus fiestas y rituales.
Además, la extraordinaria ubicación geográfica de este Pueblo Mágico ofrece sorprendentes paisajes de montaña y atractivos parajes naturales como acantilados, grutas y pozas, así como senderos verdes y boscosos que constituyen una excelente ruta para el ciclismo de montaña y el senderismo.
Qué visitar en Pahuatlán Pueblo Mágico
Muchas son los atractivos que ofrece el municipio de Pahuatlán de Valle, iniciando por la vista de su cabecera municipal con sus casas de techos de teja roja. En la plaza principal se puede visitar el Templo del Señor Santiago, fundado en el siglo XVII, y es un modesto edificio colonial envuelto en un gran misticismo, característico de las tradiciones religiosas de esta región.
Diversas ruinas y montículos son huella del pasado prehispánico de Pahuatlán, como los del Saltillo, donde se pueden encontrar algunos restos arqueológicos, así como en el cerro Citlaltépetl en Xolotla y en el cerro Huehuetlillo en la comunidad de Atla, en cuyo acantilado de Xólotl existen algunas pinturas rupestres.
Algunos de los parajes naturales que se pueden explorar en los alrededores del Pueblo Mágico son Las Grutas de Tamborillo en el cerro de Atla, la Poza de la Campana en el río Pahuatitla, las Pozas del Tecomate y Zacapahuaya en el río Chixtla, la Cueva del Águila cerca de la comunidad de Tlalcruz y las grutas de los Ángeles en el municipio vecino de Tlacuilotepec.
También se pueden recorrer diversas rutas de montaña y excursionismo; entre las más recomendables por sus paisajes están las de Zacamila, Zoyatla, Acahuatitla, Montellano, Cruz Santa y Los Ángeles, en las que con suerte, desde sus puntos más altos se tiene oportunidad de observar el reflejo de las aguas del Golfo de México.
Lo imperdible en Pahuatlán Pueblo Mágico
Como en el caso de Pahuatlán, se trata de diminutos poblados o ciudades rebosantes de colores, sabores y ritmos de lo cotidiano llenos de tradición. Quienes arriban a sus calles empedradas o se resguardan bajo sus tejas ensombrecidas por los siglos, se transportan a un tiempo de pureza y crisol de vida, imposible de olvidar.
Dedicado ex profeso a la promoción de esta clase de comunidades, el gobierno mexicano, a través de la Secretaria de Turismo en mancuerna con diferentes instancias estatales y municipales, ha establecido el programa Pueblos Mágicos, desde hace ya una década.
Y más que una suerte de rescate, este programa, se perfila como un reconocimiento a los habitantes de estos preciosos rincones de la geografía mexicana, quienes han sabido valorar el acervo cultural y geográfico de sus comunidades y lo han puesto en alto con constancia y sumo respeto.
El Pueblo Mágico que aquí les comentamos y recomendamos es una muestra perfecta de lo anterior, de la excelencia que tienen estos destinos provinciales de nuestro país.
La antigua carretera a Pahuatlán ofrece excelentes panorámicas de la sierra, que se pueden disfrutar en miradores como el de Ahila, en la parte alta del cerro del mismo nombre, el de Tzinacacalco, en lo alto del cerro Citlaltépetlel, y el de Xolotla.
Para quienes se interesen en el estilo de vida que se cultiva en esta comunidad de la provincia mexicana, deben de saber que tal y como sucede con otras poblaciones del rumbo, en Pahuatlán se obtiene un magnífico café. Para conocer más acerca de las técnicas de cultivo de este producto, les recomendamos visitar una finca cafetalera en la cual se nos ofrecerá valiosa información acerca de la producción cafetalera que allí se consigue y hasta participar de catas para saborearlo.
Qué comer en Pahuatlán Pueblo Mágico
La comida regional pahuatlanense es como sus tradiciones: una síntesis de varias culturas, en la que se pueden degustar ricas tlayudas y tacos de cecina ahumada, y descubrir sabores inesperados como una salsa de chicales, una especie de hormiga.
En este Pueblo Mágico de Puebla el turismo gastronómico es una garantía de muy gratas vivencias. Los visitantes pueden probar antojitos como las acamayas, el siempre grato mole y deliciosos tamales. También son recomendables los tacos placeros, enchiladas, itacates, tlayudes y los ricos meminques que se preparan con garbanzo y con frijol, además de incluir guisos como el sancochado de res o de cerdo.
No obstante, quizás el platillo más representativo de Pahuatlán son las chicatanas y las chicalas en salsa, mismas que se sirven con carne de cerdo o huevo. Cabe mencionar que las chicalas son cierta clase de hormigas que proliferan en la zona durante la temporada de lluvia.
Por lo demás, en Pahuatlán se cultiva desde hace generaciones un café de excepcional calidad.
Qué comprar en Pahuatlán Pueblo Mágico
Además del papel amate, la talla de madera, la alfarería y los bordados a mano que se elaboran en Pahuatlán constituyen bellas expresiones del arte popular mexicano.
Las familias de artesanos de Pahuatlán acostumbran a trabajar objetos de ornato con papel amate y bellas creaciones de alfarería. De hecho, el patrimonio cultural más icónico de Pahuatlán es la fabricación de papel amate, aunque también destaca la alfarería y los trabajos de bordado de coloridas blusas, muchas de ellas adornadas con motivos indígenas relacionadas con las mitologías de estas etnias mexicanas.
Para dormir en Pahuatlán Pueblo Mágico
En la localidad se cuenta con un hotel y posadas, como el San Carlos y el Jardín, para poderse quedar a seguir disfrutando las atracciones turísticas, como los recorridos por los corredores náhuatl, el de la montaña, el de productores de fruta, el del amate, el de los bosques y ríos y el del café.