Flamencos rosados en Yucatán
Las aves de plumaje más inconfundible del planeta pueden admirarse en México.
Algunos los conocen como flamingos y otros más como flamencos. Como quiera que sea, estas aves de plumaje rosado engalanan cualquier sitio donde se asientan y en la Península de Yucatán se pueden avistar formando parte de recorridos guiados. Pero para disfrutar al máximo esta experiencia ecoturística, es recomendable conocer un poco más acerca de los flamencos rosados en Yucatán, en especial detalles sobre su entorno, anatomía y hábitos de alimentación.Hay tres clases de flamingos que no se han extinguido: el flamenco chileno o austral, particular de América del Sur; el flamingo común que habita en vastas zonas de Europa, Asia y África y por supuesto el flamenco rosado, también conocido como flamenco del Caribe.
Las principales características de esta ave formidable son las siguientes: es una criatura palmípeda que tiene membranas entre sus dedos que le sirven para remover el fondo de los humedales donde tienen sus nidos y así consiguen su alimento. El tono rosado que lo distingue se debe a los alimentos que consume. Otro de sus principales distintivos es el largo y elegante cuello que tiene.En realidad, los flamencos rosados en Yucatán también habitan en las Bahamas, las Antillas Mayores y varias costas del Caribe.
De hecho, las poblaciones de flamencos rosa se incrementan ostensiblemente conforme uno se adentra en la zona del Caribe. Los flamingos rosados tienen su hábitat principal en las costas marinas, en los humedales, estuarios y lagunas de agua salobre.Los flamencos suelen agruparse en grandes bandadas, las cuales pueden incluir desde algunas decenas a varios miles de ejemplares.
Para efectos de proteger y garantizar la preservación del flamenco rosa, las autoridades han lanzado distintos programas de educación ambiental y de promoción turística de bajo impacto, en especial en las áreas geográficas donde se distribuyen estas aves admirables.Un detalle interesante de los flamingos rosados es la manera que tienen de alimentarse.
Para ello mantienen su pico inclinado hacia abajo, de manera que solo pueden movilizar la parte superior, con el objetivo de conseguir alimento del suelo arcilloso. En este caso el ave sumerge la cabeza en el fango y el pico superior actúa como una pala, aprovechando las delgadas placas lineales que tiene a las cuales se les conoce como lamelas. Estas últimas son las que se separan los elementos comestibles del arcilloso fondo.