El altar de Muertos en los Pueblos de México
Cuando llega el Día de Muertos, una fecha de las más importantes en el calendario festivo de México, se llevan a cabo ciertas actividades de corte tradicional cuyos orígenes se remontan a los tiempos prehispánicos.
Precisamente la celebración del Día de Muertos surgió en durante el esplendor de las grandes culturas precolombinas, pero con el arribo de los españoles se transculturizó y actualmente se le denomina como el Día de los Santos Inocentes y de los Fieles Difuntos.Dentro del conjunto de tradiciones relacionadas con la celebración que comentamos sobresale la del altar de muertos.
Es una instalación que se realiza en los hogares mexicanos y que tiene un gran simbolismo. Incluye elementos variados y es tan representativo de estas fechas como las flores de cempasúchil y el pan de muerto. No obstante, ¿Cuál es el significado del altar de muertos?En general, el altar de muertos parte del deseo de contar con un sitio que sirva de homenaje o que ayude a recordar a amigos y parientes que se nos han adelantado en el destino que a todos nos aguarda.
Montar un altar de muertos es una costumbre muy practicada en el territorio mexicano, en especial en los Pueblos de México, por ser lugares pintorescos y de arraigadas tradiciones. Con el propósito de evocar mejor a ese ser especial que hemos perdido, se añaden al altar cosas que le eran muy personales, queridas o de uso cotidiano.No obstante, el altar de muertos también incluye elementos provenientes de añejas tradiciones cuyo simbolismo no es demasiado conocido.
En este caso, el objetivo de estas prácticas u añadidos es ayudar a esa persona fallecida a llegar al otro mundo más fácilmente para que pueda finalmente descansar.Los altares del Día de Muertos están colocados con varios niveles, mismos que simbolizan las distintas etapas que el difunto debe de transitar hasta llegar al eterno reposo.
Dos de esos niveles corresponden al cielo y la tierra; otros tres simbolizan el cielo, el purgatorio y el inframundo y por último siete niveles adicionales son representaciones de los distintos ámbitos que integran el mundo de los muertos.Habitualmente los altares de muertos incluyen ofrendas dedicadas a los difuntos, por lo cual es frecuente hallar cosas, adornos, bebidas alcohólicas, alimentos y prendas de ropa pertenecientes a esa persona que se nos adelantó.
Además, en los altares de muertos que se instalan en las viviendas de los Pueblos de México es habitual hallar complementos como copal, así como también aromas e incienso para purificar el alma y el lugar donde se recuerda al difunto; flores, como principal ornamento del altar, por lo general el tradicional cempasúchil, y también calaveras, las tradicionales golosinas de azúcar o amaranto que llenan de ese atractivo tan especial a los altares.
Representan esa actitud tan mexicana de mofa ante la muerte, como algo inevitable para todos que no tiene porqué recibirse sin un poco de buen humor.
Pero además los altares del Día de Muertos tienen velas, por su intensa asociación religiosa y la imagen del fuego como representación de un alma apartada de las demás.
Con frecuencia las veladoras en los altares son colocadas en forma de cruz. Las imágenes fotográficas de los difuntos tampoco pueden faltar en los altares y para ello se colocan retratos de los mismos, aunque también se suelen usar para este fin retratos pintados y dibujos.Por lo que se refiere a la flor de cempasúchil, inconfundible por su color anaranjado intenso y su singular aroma, se le atribuye la capacidad de atraer a las almas delos muertos por su olor y su belleza triste.
También suelen ser colocadas en los altares con forma de luz o en forma de sendero que simplifica el tránsito de los difuntos al más allá.En algunos Pueblos de México también se acostumbra utilizar en los altares de muertos flores de color blanco o morado.
Lo mismo sucede con el papel picado también conocido como papel de china. Es un elemento que aparece en los altares en forma de cortes con figuras como lápidas, calaveras o palabras apropiadas para la ocasión. De la misma manera no pueden faltar el pan de muerto, la sal y el incienso.