Conoce más acerca del Monumento a la Revolución de la CDMX
Vamos a comentarles valiosa información acerca de una de las creaciones arquitectónicas y monumentales más importantes no solo de la Ciudad de México, sino en general de todo el país.
Se trata del Monumento a la Revolución. Además de ser una obra maestra de la arquitectura se perfila como un importante mausoleo dedicado al movimiento revolucionario y sus principales protagonistas, los cuales con sus hazañas, acciones e incluso errores definieron el destino de la nación mexicana.El Monumento a la Revolución se encuentra en Avenida Plaza de la República, en la colonia Tabacalera, delegación Cuauhtémoc, en el Centro Histórico de la capital mexicana.
La construcción de tan importante obra se inició usando como base una parte de la estructura que inicialmente sería usada para el Palacio Legislativo-Cámara de diputados y senadores. Estando cercano el Centenario de la Independencia en 1910, el entonces mandatario Porfirio Díaz lanzó una convocatoria para la edificación de uno de los palacios legislativos de mayor lujo y tamaño en el orbe. Fue el famoso arquitecto francés Émile Bénard quien se quedó con la opción para construir el mencionado Palacio Legislativo Federal.Pero el comienzo de la agitación social que derivó en la Revolución Mexicana causó que la obra del Palacio Legislativo quedara sin fondos utilizables.
La construcción se suspendió en 1912 quedando su gran estructura abandonada y expuesta durante veinte años. Una vez concluido el movimiento revolucionario Émile Bérnard trató de rescatar el proyecto y expuso al entonces mandatario Álvaro Obregón un plan para adaptar la estructura abandonada y convertirla en un gran panteón para homenajear a los protagonistas del movimiento revolucionario. No obstante el fallecimiento de Obregón y el propio Bérnard puso fin a esa tentativa.Otro importante arquitecto, Carlos Obregón Santacilia decidió rescatar el proyecto inconcluso de Bénard por sus interesantes alcances arquitectónicos.
El monumento tomó la forma de un colosal mausoleo en 1936 y en los cuatro pilares que incluye se presentan figuras representativas de notables próceres de la Revolución Mexicana: Venustiano Carranza, Francisco I Madero, Plutarco Elías Calles, Francisco Villa y Lázaro Cárdenas. El proyecto fue retomado en 1933 y concluido en el año 1938 e incluyó un formidable mirador público que estuvo abierto durante varias décadas.El Monumento a la Revolución sobresale por su gran tamaño y su riguroso planteamiento geométrico, que nos hace evocar las enormes construcciones de las culturas precolombinas.
No obstante, también es una fiel representación de los movimientos arquitectónicos en boga por aquel entonces, como por ejemplo, el Art Deco, el cual se deja ver en los conjuntos escultóricos que se ubican en las pechinas de la cúpula de cobre de la estructura. Tales representaciones escultóricas fueron obra de Oliverio Martínez y evocan lo siguiente: la Independencia, las Leyes de Reforma, las Leyes Agrarias y las Leyes Obreras. Pero también son de claro estilo Art Deco las lámparas que aparecen en los extremos del colosal monumento.Mucho tiempo después de su edificación el monumento fue transformado también en un mausoleo donde reposan los restos de algunos de los más importantes próceres de las gestas revolucionarias: Madero, Carranza, Villa, Calles y Cárdenas.
Así también, desde 1986 el sótano del monumento es la sede del monumento a la Revolución.En la actualidad el Monumento a la Revolución y el enorme espacio que lo rodea, denominado como Plaza dela República es uno de los principales referentes urbanos y turísticos de la Ciudad de México.
Ha sido escenario de protestas sociales de gran convocatoria y con frecuencia es sede de notables festivales culturales y artísticos. En este último caso hay que destacar el llamado Tecnogeist, uno de los eventos de música electrónica y arte multimedia más relevantes del América.Imposible no mencionar el modo en el que los capitalinos admiran y disfrutan del Monumento a la Revolución por ejemplo ascendiendo al mirador, visitando el museo dedicado al movimiento revolucionario o bien jugando en las fuentes instaladas en el piso de la plaza.