Año con año el 16 de septiembre, los mexicanos, independientemente del sitio donde se encuentren en el orbe, celebran la Independencia de su nación, cuando dejó de estar bajo el dominio de España.

Fue en pleno siglo XIX, cuando los impulsores de la lucha insurgente, inspirados en los conceptos de democracia, igualdad y libertad, tal y como los difundieron intelectuales como Montesquieu, Rousseau y Voltaire y por la Guerra de Independencia Estadounidense, resolvieron comenzar la revuelta.

El plan de los independentistas era comenzar el movimiento el 2 de octubre de 1810, pero su proyecto fue detectado a inicios de septiembre.

La revuelta estaba en dificultades y sus organizadores tenían dos opciones: o dejar de lado su proyecto o apresurarlo e iniciar las batallas lo antes posible. Se decidió lo segundo. Por eso, en la madrugada del 16 de septiembre de 1810, el cura Miguel Hidalgo y Costilla, junto con otros conspiradores, hizo sonar la campana de su iglesia para llamar a la población a luchar por la libertad. De esa manera inició la Independencia de México, la cual duró aproximadamente una década.

Conmemorando todo lo anterior, año con año, cada 16 de septiembre se celebra en las plazas de México la Independencia de la nación.

Por ello las casas, edificios y calles de las ciudades mexicanas son adornadas con los colores de la bandera y con los demás símbolos patrios. En las esquinas pueden hallarse sin problemas vendedores de banderas, sombreros y globos y se percibe una gran alegría en el ambiente.

En el Centro Histórico de la Ciudad de México se instalan vistosos juegos de luces y se presenta un formidable espectáculo de pirotecnia tras la ceremonia del Grito de la Independencia.

En la noche del 15 de septiembre, al filo de las 11 de la noche, el mandatario en turno sale al balcón presidencial de Palacio Nacional y hace sonar la misma campana con la que Hidalgo llamó a las armas a los nativos de la Nueva España para pelear por su libertad. Toda la multitud presente deja escuchar entonces el tradicional grito de “¡Viva México!”.