Angangueo Pueblo Magico Michoacan
Angangueo, en el estado de Michoacán, es un pueblo de origen minero. Cada año, a sus bosques llegan millones de mariposas, que cubren todo con sus múltiples colores y alegran el entorno con el milagro de la vida. La concentración de estos hermosos insectos ha hecho que El Santuario, como comúnmente se le conoce, haya sido declarado Patrimonio de la Humanidad.
Este Santuario está cubierto de bosques de oyameles que sirven de refugio a millones y millones de mariposas, que viajan anualmente desde Canadá y Estados Unidos, realizando un recorrido de unos 4,000 km durante 25 días con el fin de reproducirse, pues por su clima templado y frío es ideal para hibernar; cuando llega la primavera, emprenden su regreso hacia el norte para concluir su ciclo de vida. Este fenómeno sucede entre octubre y marzo.
Existen dos santuarios importantes: el de Chincua y El Rosario, el primero en la zona boscosa de Angangueo, que fue descubierto en 1975 por un colaborador del zoólogo Fred Urquhart. Dichas zonas forman parte de la Reserva de la Biósfera Mariposa Monarca, que abarca 56000 hectáreas casi en su totalidad de suelo michoacano, declaradas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Qué visitar en Angangueo Pueblo Mágico
En la plaza principal de Angangueo se encuentra la Parroquia de San Simón Celador, edificación del siglo XVIII que mezcla elementos neogóticos y neoclásicos en su arquitectura, y el Templo de la Inmaculada Concepción, erigida en 1882 como voto de agradecimiento por la familia Sotomayor en un estilo totalmente gótico, que tiene el corte de Notre Dame de París.
La Casa Parker, camino hacia la Mina del Carmen, en el centro de la población, fue el hogar de Bill y Joyce Parker, portentosos mineros del siglo XIX, y ahora está convertida en museo, donde se aloja una crónica fotográfica de la época minera en su gran auge y de cómo era la vida de los habitantes de Angangueo alrededor de esta actividad económica.
Tres importantes puntos para admirar el paisaje del Pueblo Mágico en su totalidad son las terrazas del Monumento al Minero, la Capilla de la Misericordia y la Cruz de Hierro, donde es posible llenarse los pulmones de aire puro y admirar la vegetación de las montañas, poblada de aves, mariposas y diversos mamíferos, así como practicar senderismo y escalada.
Lo imperdible en Angangueo Pueblo Mágico
Una de las atracciones más singulares en Angangueo es el Túnel Turístico San Simón, una veta de casi diez metros de profundidad y cien de longitud descubierta en 1792, en la que actualmente se puede contemplar el trabajo de la minería con los diversos metales que se extraían, así como las herramientas, perforadoras, hornos para fundición, la vestimenta de los mineros, lámparas y las góndolas para el acarreo. El túnel inicia en la Casa Parker y concluye en el atrio del Templo de la Concepción.
Para llegar a los santuarios de Anangueo se puede rentar un caballo o ir a pie, así como abordar los transportes colectivos que salen desde distintos puntos de Michoacán y el Estado de México. Más aun, una excelente manera de recorrer la reserva es en bicicleta, en el paseo ciclista que sale de Angangueo, pasa por Aporo y termina en Senguio, y aprovechar para pasear y acampar en las áreas boscosas.
Las mejores épocas para visitar este Pueblo Mágico son durante mayo, por la celebración del día de la Santa Cruz, en el que toda la población se une para elaborar intrincados tapetes de aserrín que cubren las calles principales, por donde pasan las procesiones dedicadas al Señor del Santo Entierro y la Virgen Dolorosa.
También, cada 15 de septiembre tiene lugar el Desfile de los Botes, en el marco de la celebración de la Independencia de México, que sirve para anunciar con una estruendosa marcha la aprobación de los mineros hacia su reina, que es elegida cada año en medio de música, baile y pirotecnia.
Por último, en noviembre se realiza el Festival Cultural de la Mariposa Monarca, un evento multitudinario que reúne a las poblaciones de trece municipios michoacanos: Angangueo, Aporo, Contepec, Jungapeo, Hidalgo, Zitácuaro, Epitacio Huerta, Tlalpujahua, Senguio, Tuzantla, Maravatío, Ocampo y Tuxpan, para empaparse de música, artesanías y mucha tradición en esta festividad que tiene como objetivo acercar a los niños y jóvenes a las manifestaciones culturales y artísticas de su región.
Qué comer en Angangueo Pueblo Mágico
Existen platillos que le han dado cierta fama regional a Angangueo, como el mole de guajolote, la barbacoa de borrego y el pozole de trigo, que se cocina especialmente en la Cafetería Dan. Otros muy buenos lugares para degustar estos platos y otros antojitos son el Mercado Hidalgo y Los Arcos, en el centro, y la Cocina Regional Monse, en la cercana Sierra Chincua.
Qué comprar en Angangueo Pueblo Mágico
Para complementar la oferta de atracciones de este Pueblo Mágico de Michoacán, cabe destacar qua Angangueo cuenta con magníficas tradiciones gastronómicas. De entre los platillos más representativos de la cocina local destacan el mole de guajolote, la barbacoa de borrego y el pozole de trigo.
Los deliciosos frutos de la montaña, como higos, capulines, duraznos y tejocotes se preparan por los lugareños en forma de conservas, cristalizados o en sabrosos vinos dulces, que pueden conseguirse en las tiendas de artesanías del centro y los puestos alrededor de los santuarios, donde también abundan las artesanías relacionadas con la figura de la mariposa monarca elaboradas en diversos materiales como madera y cestería.
Para dormir en Angangueo Pueblo Mágico
Angangueo cuenta con una amplia oferta hotelera para todos los bolsillos. Uno de sus principales hoteles es La Casa de los Recuerdos, construida en el siglo XVIII y en la que se han albergado grandes leyendas del cine mexicano como Pedro Infante y varios mandatarios mexicanos. Otra excelente opción para quedarse a seguir disfrutando de las bellezas y eventos culturales del Pueblo Mágico es el Club Campestre Paraíso Monarca, de estilo rústico y muy cercano a los santuarios de las mariposas monarca. Por último, el hotel Plaza Don Gabino, que tiene el encanto de una pequeña hacienda colonial en sus habitaciones con chimenea.