En la zona noroeste del estado de Puebla se encuentra la comunidad de Xicotepec, cuyo nombre deriva del náhuatl y quiere decir “cerro de los abejorros”.
En 1862, la víspera de la Batalla de Puebla, un grupo de serranos dirigido por Miguel Negrete participó en esta heroica confrontación por la soberanía mexicana. Tras volver a Xicotepec, el victorioso ejército decidió que si se pensaba ascender al grado de Villa al pueblo de Xicotepec, debería llevar como complemento el apellido de Juárez, en homenaje al célebre presidente de origen oaxaqueño; así, recibió el nombre de "Villa de Juárez".
Transcurrido un siglo, el pueblo consiguió mayor autonomía, con lo que en 1960 recuperó su denominación náhuatl y terminó llamándose “Xicotepec de Juárez”, uno de los municipios más atrayentes de la Sierra Norte o Sierra Madre Oriental, justo entre los ríos Necaxa y San Marcos.
Uno de los sitios más visitados de la ciudad es el jardín central. Tiene una gran cantidad de flores plantadas por los habitantes del lugar y curiosos arbolillos podados con figuras humanas, geométricas y de diferentes animales.
En el kiosco de este bello jardín se presentan bandas de música de viento, en especial en las tardes dominicales, para divertir a los turistas y lugareños con sus entretenidas melodías. Familias enteras se dedican a recorrer este sitio, el corazón de Xicotepec, para degustar un refrescante helado o un esquite.
Xicotepec es célebre por su delicioso café, uno de los mejores del país. Por ello, alrededor de la plaza principal se encuentran numerosas cafeterías, bajo los antiguos portales de piedra, en las que es posible disfrutar todas sus variedades en medio del inconfundible aroma del café al tostarse.
Otro de los grandes valores de este Pueblo Mágico es la parroquia de San Juan Bautista, que se levanta en la calle de Iturbide con un estilo gótico que evoca a la parisina catedral de Notre Dame. La construcción es tan alta e icónica que define el paisaje y la identidad de Xicotepec; ahondando en su historia, fue fundada en 1571 por frailes agustinos con el nombre de Parroquia del Calvario, y en sus profundidades esconde varias catacumbas en las que yacen los restos de pobladores de los siglos XVI y XVII.
Otra referencia imperdible en Xicotepec es la Casa Carranza, museo que debe su nombre a que en una de sus habitaciones se llevó a cabo la autopsia del héroe revolucionario Venustiano Carranza, tiempo después de ser ultimado en Tlaxcalantongo. Los restos de este prócer nacional estuvieron allí durante 3 días y justo en tal tiempo Xicotepec fungió como la capital del país.
Xicotepec es un territorio generoso en riquezas naturales. A unos cuantos kilómetros de la comunidad se encuentra una espectacular barranca conocida como La Garganta del Diablo, con enormes paredes verticales ideales para el rappel y para admirar el paisaje de la sierra poblana, pues desde ahí se puede tener una maravillosa vista del río Necaxa.
También en este Pueblo Mágico pueden disfrutarse chapuzones en las frescas aguas de sus diversos manantiales, algunos de los cuales tienen exóticos nombres, como Los Lavaderos, los Pescaditos, El Tarro, Buena Vista, la Xochipila, la Poza de los Caballos y la Rivera.
Por otro lado, Xicotepec tiene una gran riqueza de tradiciones prehispánicas. Cada 24 de junio se congregan magos y curanderos en el pueblo para ofrecer curaciones, limpias y realizar ceremoniales de prosperidad en el marco de las celebraciones a San Juan Bautista, aunque con una sede distinta: el único vestigio de la ciudad prehispánica que allí existió, objetivo de peregrinación de abundantes grupos de indígenas.
La cocina poblana es una de las más deliciosas y representativas de nuestro país. La gastronomía en Xicotepec y otros bellos lugares de Puebla es un verdadero arte, que se entrevera estrechamente con su historia y su cultura. En el mapa culinario de Puebla es posible hallar platillos deliciosos.
No es gratuito que a este Pueblo Mágico se le identifique como uno de los más representativos de la cocina poblana. Lo anterior se debe a que en esta localidad se preparan platillos de los más icónicos en la gastronomía local.
Una de las delicias locales es “El Marquesote” pan que se prepara con abundante huevo. También son imperdibles las “Galletas esponjadas”. Por lo que se refiere a “El Pascal”, es pollo que se prepara en pipian y con chota, una variedad de cacahuate silvestre. Siempre presentes en la cocina local destacan los molotes, tortillas fritas con silueta de cono que se complementan con queso, lechuga y salsa.
Hace algunos años, en el marco de las celebraciones decembrinas, se acostumbraba consumir chorizo ahumado y pollo, aunque con el transcurrir del tiempo se ha dejado de lado esta costumbre. Actualmente se preparan durante esas fechas antojitos parecidos a los que se cocinan en la zona central del país, como, por ejemplo, romeritos, pierna adobada, pavo o guajolote, etc.
Eventualmente se organizan en este Pueblo Mágico eventos especiales en el jardín central y en la explanada del Palacio Municipal para dar a conocer a los visitantes lo mejor de la gastronomía y las artesanías locales.
Las distintas variedades de productos artesanales que se elaboran en Xicotepec integran un generoso catálogo. Tales creaciones pueden distinguirse por los materiales empleados para su manufactura. Abundan los objetos de alfarería y cerámica, además de papel, cuero, madera y metales. Con todo ello, los maestros artesanos de Xicotepec elaboran objetos de ornato y elementos decorativos hermosos y duraderos.
A destacar los magníficos muebles de madera y pequeños adornos que se elaboran en esta comunidad poblana. Aproximarse a las tradiciones artesanales y los procesos de elaboración de estos productos en Xicotepec, es tener una experiencia de primera mano de su folclor y su cultura.
De entre las artesanías más recomendables de adquirir en los comercios de este Pueblo Mágico poblano destacan las pinturas en papel amate, las figurillas elaboradas con madera de cedro o con raíz de café, así como también los guajes bellamente ornamentados y blusas de fino bordado.
Xicotepec de Juárez se encuentra a 185 kilómetros de la Angelópolis, capital del estado de Puebla, a cuyo aeropuerto llegan los aviones de AeroMar, Volaris y AeroMéxico. A partir de ahí, pueden tomarse los autobuses de las líneas ATAH y Verdes, o conducir en automóvil por las carreteras federales 121, 119 y 132.