San Cristóbal de Las Casas, en el estado de Chiapas, fue una de las primeras ciudades construidas en la Norteamérica española; se trata de un Pueblo Mágico, aunque en realidad posee la cualidad de ciudad.
El clima es templado y húmedo con lluvias en verano y una temperatura media annual de 15° C.
Por diversas razones, esta localidad ha tenido cuando menos diez nombres diferentes, quedando finalmente el de "San Cristóbal" en honor al santo patrono de los viajeros, y "de las Casas" por fray Bartolomé de las Casas, el primer obispo de la ciudad que luchó incansablemente para abolir la esclavitud de los indígenas, no solo en esta región, sino en muchos otros puntos del Nuevo Mundo.
En esta ciudad, una de las más bellas de México por su armónica composición urbana, los turistas podrán descubrir imponentes edificios religiosos revestidos con profusos detalles de estilo barroco y manufactura indígena, que perpetúan la herencia cultural de las etnias tzotziles, tzeltales y lacandones de los alrededores, que consiste también en exóticas colecciones de objetos de uso cotidiano, artesanías y piezas prehispánicas resguardadas en instituciones de amplia tradición antropológica.
Uno de los recintos más importantes en San Cristóbal es la Catedral, sede de la diócesis de la provincia de Chiapas, dedicada a La Asunción. Su construcción se inició en 1528 y fue llamada catedral de San Cristóbal Mártir. Su primer párroco fue fray Bartolomé de las Casas.
El edificio original sufrió algunas transformaciones y fue reconstruido en el siglo XVII. Su fachada data del siglo XVIII y es de estilo barroco, con una profusa decoración de motivos vegetales realizados en argamasa, morada de los nichos donde se aprecian las esculturas de San Pedro y San Pablo.
Continuando en el centro, el Palacio de Gobierno es un sobrio edificio de severo estilo neoclásico, construido en la última década del siglo XIX por el arquitecto Carlos Z. Flores. Se cree que para la edificación del inmueble el constructor se inspiró en un viejo tratado sobre arquitectura del célebre maestro Vignola.
La intención original fue la de levantar un magnífico conjunto que ocupara una manzana entera, aunque solo fue posible construir una cuarta parte del total.
Si algo abunda en San Cristóbal son los recintos religiosos; uno de los más importantes, ubicado justo detrás de la Catedral, es el Templo de San Nicolás, detrás de la Catedral, uno de los primeros templos de la ciudad que estuvieron dedicados exclusivamente a los indígenas.
La construcción fue realizada por los frailes agustinos a principios del siglo XVII, y posee una fachada sencilla que termina en una espadaña, la cual se alza entre dos torres circulares que semejan gruesos remates.
El Templo y ex Convento de Santo Domingo de Guzmán es considerado el más bello de la ciudad por su magnífica fachada estilo barroco salomónico, en la que se despliega una infinidad de motivos ornamentales realizados en argamasa sobre piedra, trabajo que acusa una intensa participación de la mano indígena.
El interior guarda una rica colección de ocho retablos barrocos realizados entre los siglos XVI y XVIII, algunos adornados con lienzos de buena calidad; destaca de manera especial el púlpito tallado en madera dorada con un pedestal de una sola pieza.
El Templo de la Caridad fue fundado en 1712 por la orden de Los Juaninos, junto con el primer hospital para indios que funcionó en la ciudad y que consagró a la Virgen de la Caridad en la región, culto que perdura hasta nuestros días.
La fachada tiene curiosas formas, pues muestra grupos de pilastras con cuerpos curvilíneos que semejan tallas sobre madera; algunos críticos aseguran que tal estilo se usó en Perú durante el siglo XVIII y que de ahí provino.
El interior del templo conserva un retablo barroco dedicado a la virgen y otro a un Cristo Negro de Esquipulas, Guatemala.
Una importante parte de la historia chiapaneca puede conocerse en el Templo de la Merced, pues fue la casa de la orden religiosa de los mercedarios, quienes en el siglo XVI fundaron el templo y el convento, y aunque no prosperaron mucho al paso del tiempo, sentaron las bases de la conquista espiritual de la región.
Hoy solo se conserva el templo, de sencillas proporciones y fachada de austero estilo neoclásico.
La pequeña Capilla de San Cristóbal fue fundada también hacía el siglo XVI, remodelada a finales del XVIII y reconstruida luego de muchos destrozos.
Aunque su manufactura es muy sencilla, se trata de uno de los monumentos más importantes de la ciudad, sede de la fe de muchos de los habitantes de la región.
En este maravilloso centro histórico poblado de belleza arquitectónica y cultural, la plaza mayor de San Cristóbal de las Casas, llamada Plaza 31 de Marzo y conocida simplemente como "El Parque", ha sido el centro de las actividades cívicas, mercado y suministro de agua desde la época virreinal.
Hoy en día tiene en su centro un bello kiosco de principios del siglo XX, y aún es el rector de la actividad social de la ciudad.
En los alrededores de El Parque pueden admirarse singulares construcciones como la Casa de la Sirena, cuyos vanos de los ventanales reproducen el cuerpo raro y estilizado de una sirena que parece vigilar al edificio de recatadas formas platerescas, además de numerosos recintos que exploran las diferentes facetas de la cultura chiapaneca.
Tal es el caso del Museo Na Bolom "Casa del Jaguar", una casona que perteneciera al célebre estudioso de la región Franz Blom y a su esposa Gertrude, quienes fueron reuniendo con cariño una inmensa colección de artesanías y objetos del área, con los que fueron poblando varias habitaciones para dar servicio a estudiantes e investigadores del área maya.
El lugar es muy acogedor y cuenta con una bien dotada biblioteca especializada en temas sobre mayas y lacandones.
El Centro Cultural de Los Altos de Chiapas, alojado en lo que fuera el viejo convento de Santo Domingo, brinda una interesante visión de los aspectos históricos más relevantes de la vida de la ciudad a través de objetos e imágenes.
Además en sus exposiciones temporales, recibe al público en el taller San Jolobil, fundado por mujeres indígenas tzeltales y tzotziles, donde se puede admirar una rica variedad de textiles y bellos tejidos realizados por estas extraordinarias artesanas.
Otros de los más importantes son el Museo del Ámbar y el Museo Mesoamericano del Jade, que exhiben piezas talladas en los materiales que les dan su nombre, de los más característicos de Chiapas.
Los aspectos culturales e históricos de las etnias chiapanecas pueden explorarse en varios museos: el primero es el Sergio Castro, donde se exponen más de noventa trajes originales de gran colorido, elaborados en los telares centenarios de los indígenas tzotziles, tojolabales y lacandones, quienes los usan de manera habitual y ceremonial.
El recinto cuenta también con una colección de instrumentos musicales, fabricados y usados por los indígenas de los Altos de Chiapas.
Continuamos con el Museo de Culturas Populares, situado frente al antiguo convento de la Merced (sede actual del Museo del Ámbar), y que exhibe piezas del arte popular y la cotidianidad de los distintos pueblos de Chiapas.
Por su parte, el Museo de Medicina Maya tiene como objetivo principal la difusión de las prácticas curativas tzotziles y tzeltales; se encuentra integrado por una diversidad de ambientes museográficos que muestran la medicina tradicional maya de Chiapas, además de la práctica y recursos terapéuticos de los médicos indígenas tradicionales.
Las mejores fechas para visitar San Cristóbal de las Casas tienen lugar entre el 1 de abril, cuando se conmemora la fundación de la ciudad, y el 25 de julio, cuando acaban de pasar las fiestas de la Virgen del Carmen y tiene lugar la de San Cristóbal Mártir, el santo patrono del pueblo.
El plácido clima de estos meses es ideal para la celebración de la Feria de la Primavera y de la Paz, uno de los mayores festivales locales y atracciones chiapanecas, que incluye desfiles, juegos mecánicos, concursos, conciertos y eventos culturales.
Para conocer otra faceta de San Cristóbal puede acudirse a mitad del otoño, cuando la neblina baja de los montes y el clima se torna frío pero fresco, y tiene lugar el Festival Barroco Internacional Cervantes, en el que durante una semana, los centros culturales, teatros y espacios públicos del Pueblo Mágico albergan una variedad de conciertos, funciones de danza, teatro callejero, exhibiciones de arte, ferias de comida y mucho más.
Mención aparte merecen las fiestas de San Juan Chamula, poblado vecino cuya población tzotzil mantiene sus tradiciones aun en la iglesia, muy peculiar al albergar en su interior los altares familiares rodeados de un ambiente de incienso, copal y hojas secas, que suplen las bancas habituales de estos recintos.
Una de las más fascinantes tradiciones en Chamula es la celebración del Carnaval, que coincide con importantes fechas del antiguo calendario maya.
La semana de festejos incluye rituales de purificación exclusivos del poblado, como correr descalzos sobre ramas ardientes.
Desafortunadamente, no está permitido tomar fotografías durante estas festivales ni rituales religiosos, así que lo mejor es acudir a vivir la experiencia de primera mano.
La comida de la región está compuesta principalmente por carnes frías y embutidos como el jamón serrano, la butifarra y la longaniza, de origen indiscutible español, además de platillos de origen indígena, como los tamales de azafrán, de chipilín, de yuyos o de dulce, los panes compuestos y la sopa de fiesta.
Entre los dulces se pueden paladear los de chimbo, las chalupas, chiculguajes y patcitos, las frutas cristalizadas, las cocadas, los duraznos prensados y las cajetas.
En cuanto a bebidas tradicionales existe el atole agrio, de granillo, de masa o de leche; el tascalate o pozol, blanco o de cacao, y las aguas de frutas, así como el tradicional y delicioso café chiapaneco.
Estas delicias y otras muchas, como las enchiladas de mole con queso fresco, la sopa azteca, la lasagna y la pizza (muestra del carácter cosmopolita de San Cristóbal) pueden disfrutarse en los restaurantes y pequeñas fondas del centro y los alrededores, así como en el enorme mercado municipal que lo mismo ofrece comida que artesanías e ingredientes netamente chiapanecos.
Algunos de los más conocidos son El Fogón de Jovel, con un ambiente muy rústico y tradicional, el Tierra y Cielo, en el interior del Hotel Docecuartos, y el Sensaciones de Chiapas, del hotel Ciudad Real.
En San Cristóbal de las Casas es posible encontrar una extensa gama de textiles que son el resultado de la conjunción de varias etnias: bellos bordados, sarapes, faldas, sacos, chalecos y tejidos de lana, que se pueden adquirir en los Arcos de los alrededores de la plaza principal, o en tiendas como Sna Jolobil, a un costado del templo de Santo Domingo, donde también se encuentran trabajos extraordinarios de hierro forjado, entre otras muchas expresiones artísticas.
Chiapas se ha caracterizado por su combatividad, por lo que no resulta extraño que en su territorio se encuentren modelos de comercio justo como el propuesto por El Camino de los Altos, donde pueden adquirirse hermosas piezas textiles como manteles y rebozos, o atravesar a la calle de enfrente para visitar el Mercado de Dulces y llevarse a casa las delicias de los postres chiapanecos.
Existen numerosos hoteles, posadas y hostales en la bella ciudad de San Cristóbal, para todos los gustos y presupuestos.
Sin duda, una de las mejores experiencias puede vivirse en los hostales, pues cuentan con acogedores espacios comunes en donde se puede conocer a gente de todas partes del mundo, y compartir así vivencias y culturas.
Entre los hoteles más lujosos se pueden disfrutar las Casas Lum y Santa Lucía, que ofrecen servicios de primera categoría, al igual que el Hotel Bo, cuyos hermosos jardines completan la comodidad de sus instalaciones.
La manera más habitual de arribar a San Cristóbal de las Casas es por medio de autobús y para ello se suele emplear la carretera 190, misma que resulta más conocida como "La Panamericana". Es posible llegar a este Pueblo Mágico desde la zona norte de la entidad chiapaneca, ya sea desde Tuxtla Gutierrez, o desde la zona sur, llegando desde Comitan de Dominguez o Ocosingo.
Por otra parte, si se llega a este Pueblo Mágico de Chiapas desde Tuxtla Gutiérrez, la capital del estado, se puede hacer por medio de autobús o por medio de combi. La duración de este trayecto desde Tuxtla Gutiérrez es de 1 hora y 15 minutos.
El clima es templado y h�medo con lluvias en verano y una temperatura media anual de 15� C.